Desde pequeña me han dormido contando cuentos…
Reflexión bloque II
Hace mucho, muchísimo tiempo, en
muchos lugares del mundo se empezaron a transmitir de generación en generación
cuentos populares. Estos cuentos a día de hoy quedan denominados como textos
folclóricos, y su principal característica es que no han quedado reflejados
mediante un escrito, sino que su transmisión es oral.
Los textos folclóricos quedan
recogidos dentro de la literatura folclórica, a la cual pertenecen los tres
géneros antes mencionados: prosa, verso y teatro. La literatura folclórica
conforma la tradición cultural de un pueblo, y muchas veces se transmite en
familia. Ahora bien, estos textos también pueden transmitirse en un grupo muy
grande, y es entonces cuando hablamos de folclore universal, que es lo que paso
por ejemplo con el cuento de “Blancanieves”.
Los textos folclóricos tienen que
tener y englobar una serie de características para poder quedar denominados
así. En primer lugar y como ya he dicho tiene que haber sido transmitidos
oralmente a lo largo de los siglos. Por otro lado, tienen que haber nacido
entre el pueblo, de ahí que se denominen también como cuentos populares. Es
importante mencionar que hay multitud de variantes de estos cuentos, a las que
no podemos denominar como originales porque su vertiente original no se conoce
porque no está escrita.
Debo decir que estos cuentos no
tenían en su inicio una temática infantil, sino más bien todo lo contrario,
estaban creados para asustarles y darles miedo. No son cuentos didácticos ni
moralizantes, no es paraliteratura, pese a que refleja la sociedad de la época,
los sueños y los deseos del pueblo. Su autor es el propio pueblo y el tiempo, pues
va cambiando a medida que éste avanza.
Como hemos aprendido en este
segundo bloque, los orígenes de los textos populares son realmente diversos, ya
que pueden provenir de historias reales, de textos religiosos o creados por
puro entretenimiento. Junto a sus orígenes encontramos una característica y es
que no son cuentos machistas, pero sí que están cargados de simbolismo. El
simbolismo lo empezó estudiando Bruno Bethelhein, que estudiaba los cuentos de
hadas desde un planteamiento psicoanalítico.
Además, y como última
característica, hemos aprendido que la transmisión de estos cuentos puede ser
vertical u horizontal. La transmisión vertical se refiere al tiempo que pasa,
es decir cuando va de padres a hijos. Mientras, la transmisión horizontal se
produce cuando la gente viaja y va contando las historias allá donde va, y
éstas se quedan en el lugar para luego volver a ser contadas e irse
transmitiendo así sucesivamente.
Como antes también he mencionado,
la literatura folclórica puede quedar diferenciada por el género literario que
aborde. En primer lugar hablaremos del teatro, proseguido de la poesía
folclórica y finalizando con la prosa.
El teatro estaba centrado en sus
orígenes en tratar el tema religioso y profano, donde podemos destacar procesiones
como la famosa “Procesión de Cristo”. Centrándonos en los niños, y enfocando el
tema hacia el teatro folclórico infantil, tengo que nombrar, como ya hice en
los links, a los títeres de Cachimporra.
Estos títeres no sabían escribir,
y se han caracterizado siempre por ir de pueblo en pueblo, teniendo una línea
común en sus teatros. La línea que siguen estos títeres está centrada en la presencia
de un personaje, que es un chico, un príncipe, que tiene algo que quiere mucho,
que suele ser una campesina, y éste es perseguido por un malo. La historia
suele ser la siguiente: “sale el protagonista contando lo mucho que quiere a la
princesa. Es entonces cuando el protagonista se ausenta y el malo usurpa el objeto que el protagonista
quiere.”
Este tipo de teatro queda
denominado así porque cuando el bueno recupera el objeto que quiere, el malo le
da con una cachimporra.
Respecto a la poesía folclórica,
mencionar como importante precursor a Pedro Cerrillo. Ésta suele estar ligada a
la música y al baile. Como folclore en verso podemos hablar de varios tipos:
- Villancicos: se aprenden por transmisión oral, es decir, de generación en generación.
- Sancucufato.
- Cuatro angelitos.
Y por último, encontramos la
prosa. Hemos aprendido que los cuentos se han estudiado desde la filosofía,
desde la pedagogía, desde la perspectiva de la psicología y la psiquiatría. Se
han estudiado desde la sociología también. Los estudios de estos cuentos son
los que más existen. Los folcloristas hacen investigaciones, donde ordenan las
versiones extraídas en el tiempo. Un folclorista debe saber de todo. Y ahora,
sin entrar en detalles de la forma de cada uno, voy a mencionar a grandes
folcloristas. No voy a comentar cada uno de ellos porque ya lo hice cuando
busqué links acerca de sus obras, así que simplemente los mencionaré.
Conocimos e investigamos sobre
los siguientes folcloristas:
- Vladimir Propp: analiza estructuras de cuentos de hadas o maravillosos, con personajes mágicos y animales parlachines.
- Charles Perrault: recopila textos en prosa de tradición oral y las adapta con intención moral.
- Hermanos Grimm: eran muy sádicos y tuvieron que hacer varias ediciones para así ir adaptando sus textos para que éstas gustasen a todo el público.
- Andersen: recopilador al que hacen una estatua situada en Cophenague, “La sirenita”.
- Berquen: adapta “El lobo blanco” convirtiéndolo en “La Bella y la Bestia”.
Estos autores son conocidos de
manera internacional, ahora bien, dentro de España también hay grandes autores
que adaptan obras, como lo son:
- Cecilia Böhl de Faver o más conocida como Fernán Caballero.
- Coloma, que crea a Satanás, y sus seres mágicos son ángeles guardianes. Era sacerdote, y buscaba encontrar el niño ejemplar y católico, dejando de lado entonces la literatura, creando paraliteratura.
- Calleja que realiza adaptaciones familiares, más bien, paraliterarias.
Como decía, hemos aprendido
muchísima más información acerca de cada uno de estos artistas, y ésta la
podéis encontrar pinchando aquí.
Finalizando con este bloque,
habíamos visto como teníamos que adaptar un cuento para así poder crear uno
folclórico. Vimos, que lo primero que debemos decir es al ciclo al que va
dirigido el cuento que hemos versionado, es decir, tenemos que explicar la edad
escogida. Además tenemos que nombrar los cambios que hemos respetado y que
hemos cambiado, explicando el por qué hemos elegido hacer esto. Del mismo modo,
hemos visto que para realizar una adaptación debemos respetar el roll, que es
el protagonista de la historia, puedes cambiar el personaje pero no su roll. Tiene
que aparecer un protagonista y un antagonista para que sea folclórico.
Es importante que respetemos que
el protagonista se ve obligado a salir de su casa porque el antagonista le
quiere hacer daño, y tenemos que mantener si la salida se produce de forma
obligatoria o voluntaria. Al salir de casa, ellos se enfrentan a un lugar
hostil que sobrepasan y llegan a otro sitio donde creen que va a ser aceptada.
Allí encuentran alguien que le va a ayudar. La protagonista se enfrente a la
muerte, salvándose de ésta siendo ayudada. Por último se enamora, generando así
un nuevo núcleo familiar.
Todo esto, de una forma mucho más
detalla, es lo que hemos visto y aprendido a lo largo de este segundo bloque.
Un bloque, que desde mi punto de vista es imprescindible abordar. Con este
bloque me he llevado grandes sorpresas, y es sin duda el bloque que más me ha
gustado.
A lo largo de las dos semanas que
estuvimos trabajando los textos folclóricos vimos muchísimos cuentos que
distaban realmente de la versión conocida porque está hecha película. Es muy
común ver muchos cuentos en cine, pero jamás había escuchado las versiones que
se nos han contado en clase. En esos momentos se me ponía la piel de gallina, y
nuevamente me convertía en niña. A todos, mayores y pequeños nos gusta que nos
transmitan sentimientos, suspense y alegría, y es muy importante que esto no se
pierda. Durante este tema yo he sentido todo esto, porque ante algo que no
conoces siempre te muestras inquieto, siempre quieres más, como los niños.
Además, con este tema he
recordado toda mi infancia, he recordado canciones populares que me cantaban
mis abuelos y que yo ahora canto a mi hermano y primos. Es algo que se
transmite de generación en generación, que nunca muere y yo misma he podido
comprobar. Nunca me cansaré de decir que todos, por mucho que crezcamos,
seguimos teniendo un niño dentro que nunca muere, y este es el que salió
durante esas dos maravillosas semanas.
La verdad es que durante este mes
y pico que llevamos ya de prácticas me he dado cuenta de que los cuentos
folclóricos a penas se trabajan en el aula, y sin embargo es algo que les
encanta a los niños, que les ilusiona y que les transmite sentimientos. Su
carita de embobados cuando te escuchan, quedarse callados y pedir que sigas
cuando paras. Esas, son cosas que no se consiguen con ninguna otra profesión,
ni tampoco en ningún otro lugar. Eso es mágico, y deberíamos trabajarlo más. Yo
lo he puesto en práctica con el proyecto de Educación Plástica porque les conté
un cuento, y la verdad, que me gustaría poder hacerlo todos los días. Nos
limitamos a imponer conocimientos y objetivos que muchos niños aún no están preparados para entender y nos
olvidamos de lo que realmente importa. Yo tengo claro, que cambiaré esto si
puedo, o al menos haré lo que esté en mi mano para poder trabajar esto.
Con este segundo bloque he
aprendido un montón, y la verdad es que personalmente es el que más me ha
gustado de todos, y el que más ha conseguido llenarme.
Por último, y respecto a mis
prácticas, la verdad es que no se trabaja mucho los cuentos folclóricos, no hay
tiempo para hacerlo debido al temario que tienen impuesto. Pese a ello, a mi
tutora le encanta y por ello, todos los días cuando empieza la clase de lengua
un niño sale y cuenta un cuento, un cuento que él mismo ha versionado. Esto es
una forma de trabajar este tema, y la verdad es que les ayuda muchísimo a
sentirse cómodos y a soltarse con sus compañeros.
No nos olvidemos de lo que se
tiene que conseguir con los niños, de que la literatura está ahí para
disfrutarla y que los niños tienen que conseguir divertirse y empatizar con lo
que se les está contando. Es muy importante que no olvidemos lo que promueve la
literatura, y que intentemos olvidarnos de transmitir una enseñanza, si es que
esa es nuestra finalidad.
Y, como siempre, finalizo con una
reflexión que me gusta muchísimo.
“Se trabaja con imaginación, intuición y una verdad
aparente; cuando esto se consigue, entonces se logra la historia que uno quiere
dar a conocer. Creo que eso es, en principio, la base de todo cuento, de toda
historia que se quiere contar.”
Juan Rulfo
Perfecto.
ResponderEliminarDos notas:
El nombre correcto es Cecilia Böhl de Faber.
Y Coloma no se inventa a satanás, mujer (jajajaja) lo que hace es introducir al demonio como personaje malo en los cuentos para niños y lo suele llamar Pedro Botero (que es una forma folclórica de referirse al diablo).