Mi percepción acerca de la
literatura.
Reflexión bloque I.
Siempre he sido una persona que
ha detestado leerle los libros por imposición. Me aburrían estrepitosamente los
libros que marcaban como obligatorios durante la Educación Secundaria, pues de
Primaria no tengo recuerdo. Desde que entré en primero de la E.S.O. me mandaban
leer dos libros por trimestre, y de esos libros o tenía examen o tenía que
hacer un trabajo, un trabajo de una lectura que como solía ocurrir no me había
gustado.
Fueron pasando los años, y
durante estos me encontré con profesores muy variopintos, a algunos les podías
expresar tu opinión, fuera cual fuere, si ésta estaba argumentada. Para otros,
el libro tenía que haberte gustado, sí o sí, no había más opción.
En el instituto estuve siete
años, pues pasé un año de rebeldía y acabé repitiendo, algo que me dio madurez
para entender que o estudiaba o no iba a hacer más que frustrarme y culpar al
profesor, algo que hasta entonces había estado haciendo. Siete maravillosos
años, porque disfruté como una enana en aquel sitio al que hoy en día sigo
yendo a menudo para contar mi experiencia universitaria, y para ver a mis “profes”,
pues muchos de ellos confiaron ciegamente en mí. El caso, siete años, lo que
equivale más o menos a cuarenta y dos libros de lectura, de los que recuerdo
unos diez, la mitad de ellos porque me gustaron, y la otra mitad porque me
parecieron horrorosos y no he conseguido olvidarlos.
Con esta sensación llegué a
segundo de bachillerato, y eso fue la hecatombe. Soy una persona muy nerviosa a
la que le encanta tener todo hecho lo antes posible, y en segundo de
bachillerato esto es complicado pues hay muy poco tiempo. Además, decidí
sacarme el carnet de conducir, así que no tenía tiempo para nada, y menos para
leerme libros como “Fortunata y Jacinta” y “La Regenta”. Me los leí, hice los
trabajos pertinentes, saqué buenas notas, guardé los libros en un cajón de mi
cuarto que no he vuelto a abrir y marcaron mi vida por el agobio que me causó
leerlos. Desde entonces, y sumado a todo lo anterior, la lectura dejó de
gustarme infinitamente. Tanto, que me dieron la posibilidad de coger como
optativa “Literatura universal” y pensé para mis adentros: “Cristina, si no
quieres morir, mejor pasa completamente de ello”.
Desde segundo de bachiller, hasta
tercero de carrera, que se dice pronto, he tenido esa concepción sobre la
literatura, autores y libros que quieren fastidiarte la vida.
Ese concepto hoy en día para mí
ya no existe, pues la asignatura de Literatura Infantil, tal y como nos la ha
dado Irune Labajo, ha vuelto a dar un giro de 360º en mi mente.
Los primeros días de clase estaba
un poco desconcertada, porque tenía la constante sensación de que habían pasado
los años, y tal y como había almacenado la información, poco después se había
ido. No recordaba prácticamente nada, y no sabía ni cómo expresarme. Pero poco
a poco se me fue ofreciendo un concepto totalmente diferente.
La literatura como tal no es la
historia de la literatura y la teoría de la literatura que se nos da durante el
instituto. Literatura es un arte construido con palabras, es saber manejar las
palabras, es crear arte con ellas. Esto ya anula el concepto de que la
literatura es aprenderte la vida de los autores que existen en las diferentes
épocas históricas. Además, yo tenía el concepto de que cuanto más extensa fuera
la obra, más literaria era, y no tiene nada que ver. La literatura queda
definida por su forma, por la estética, y puede ser expresada en prosa, verso o teatro.
Otro concepto que yo no había
distinguido nunca es si los textos tienen intencionalidad didáctica o no, y
esto es realmente importante. Para mí, todos tenían moraleja, y si fuera así no
hablaríamos entonces de Literatura, porque los que tienen intencionalidad
didáctica, moraleja, son los textos paraliterarios, que dejan el divertimento a
un lado porque buscan transmitir una enseñanza. Y… ¿Qué es la lectura si no una
mera diversión?
Es importante, que nosotros como
futuros maestros, sepamos motivar a nuestros alumnos respecto a la lectura,
sepamos cuáles son las lecturas adecuadas para la edad y el desarrollo
evolutivo que tienen nuestros alumnos. Es importante que generemos gusto por la
lectura, que provoquemos inquietud en ellos que les haga querer leer más. Todo
esto tenemos que transmitírselo y mostrárselo, todo esto yo lo he comprendido
ahora, en mi tercer año de carrera, porque antes no conocía más que vidas de
autores que ni siquiera recuerdo.
Es importante que además
escojamos buenas adaptaciones porque sino en vez de beneficiarles, les
estaremos perjudicando y eso no es lo que queremos. Tenemos que buscar libros
que estén escritos para ellos, libros que traten los temas actuales que les
gustan, que tengan un vocabulario entendible y que estéticamente sean
atractivos. Es muy importante que no les demos a nuestros niños unos libros escritos
para mayores porque entonces se aburrirán y acabarán rechazando la lectura,
principalmente por nuestra culpa.
Del mismo modo, durante el primer
tema aprendí que la literatura no tiene intencionalidad didáctica, pues tiene
como primer objetivo la creación de una obra artística. Ahora bien, esto no
quiere decir que la literatura no enseñe nada, pues siempre aprendemos de una
lectura. Lo que quiere decir es que el autor no tiene esa intención, no tiene
esa finalidad, mientras que la paraliteratura si.
Teoría también he aprendido a lo
largo de ese primer bloque, ya que no tenía ni idea, por ejemplo, de que la
literatura infantil surge en los años 70 del siglo XX, y se consolida en los
años 90 del mismo siglo. He comprendido que la literatura infantil busca
generar el disfrute de sus receptores y eso mismo es lo que nosotros tenemos
que lograr. Además, tenemos que tener claro que sus receptores son los niños, y
por lo tanto son obras específicas para ellos. Es una literatura creada para
niños de hasta 14 años. Son libros que reflejan las características propias de ellos.
A lo largo de los siglos hemos
visto cómo la literatura ha dado cambios, saltos muy grandes que la han ido
mejorando y que la han ido acercando a los niños.
Primero encontramos los
exemplarios y castigos, que eran textos que educaban a hijos de nobles,
haciendo que estos fuesen como la sociedad demandaba. Esto nos deja ver que son
paraliterarios, que tienen una clara finalidad moralizante, pero estaban
escritos en forma de cuentos.
El primer libro que se puede
considerar literatura Infantil es “Celia”, aquí ya se plasman los niños de la
sociedad, con todas sus características, niños a los que les gusta jugar y ser
rebeldes, niños que hacen travesuras y picardías. Fue una auténtica revolución,
ya que la gente no entendía que la finalidad de un libro fuese enfocada únicamente
al entretenimiento de los niños, sino que querían que aprendiesen y cambiasen
mediante ellos.
Ahora y tras comentar un poco la
evolución que ha tenido la literatura infantil, voy a comentar los tres géneros
que la caracterizan. Por un lado está el drama, que es el teatro, caracterizado por ser una literatura mimética que imitaba la realidad en todos sus sentidos.
Luego encontramos la lírica, a través de la que expresamos sentimientos, y que comúnmente
se conoce como poesía. Por últimos hablamos de la épica, que narra historias, y
que se conoce más como prosa.
Pues ahora bien, vamos a comentar
un poco cada uno de ellos.
Teatro:
Hay varios tipos de teatro
infantil. Uno de ellos sólo nos permite visualizar sus obras, son obras de
teatro no publicadas, guiones que no se venden. No hay una obra literaria
escrita de ellos. El segundo tipo de teatro es el teatro para leer, el que está
escrito y no enfocado para ser representado. El teatro para leer lo inventó
Valle Inclán, para así disfrutar del teatro leído. Y por último, el tercer tipo
de teatro es el que está publicado, pero no pensado para que lo representen los
niños.
Todo ello evidentemente busca que
los niños disfrute y se diviertan, ya sea mediante su lectura o mediante su
representación. Son obras de teatro lúdicas, dinámicas, que reúnen las
características que los niños necesitan, porque están expresamente escritas
para ellos.
Poesía:
Respecto a la poesía decir que es
el género que menos se lee en este país, pese a que hay muchos premios, como
por ejemplo el “Adonis”, que además es el más famoso.
De la poesía es importante
destacar a Gloria Fuertes, pues cambió completamente la poesía en los años 90.
La gustaba que la llamasen poeta, en vez de poetisa, porque consideraba que sonaba
muy noño. Ella comenzó interesándose por las nanas inglesas, y lo que más la
gustaba de esto era el subrrealismo del que parten. Estas nanas recibían el
nombre de “Nursery rhymes”, y las favoritas de Gloria Fuertes eran los “nonense”,
que eran poesías “sin sentido”, al no tener sentido a los niños les hacía
gracia y eso le encantaba a ella.
Su poesía es fuerte y sonora, por
eso les encantaba a los niños. Crea ritmos muy marcados, y se inventa
personajes absurdos. Algo que todo el mundo debería emplear en las aulas de
primaria.
La finalidad de la poesía es la
misma que la del teatro, y la de la prosa, es la misma que busca toda la
literatura infantil, el entretenimiento de los niños, su diversión y gusto.
Disfrutar al leer un libro, reírse y que empaticen con lo que están leyendo.
Prosa:
Dependiendo del volumen del texto
lo llamaremos “cuento”, que son relatos breves, o “novelas”, que son relatos
extensos.
Es importante mencionar que en
los años 90 se produce un “bumb” en la literatura, y es entonces cuando salen
un montón de libros enfocados al gusto del niño. Como primera protagonista de
esto encontramos a Mercedes Gómez del Manzano. Ella crea un libro sobre teoría
de la literatura, y habla sobre que el protagonista es el “niño”, pues el niño
es el lector. Comenta que cuando nos gusta un libro es porque nos hemos sentido
identificados con afán protagonista, porque empatizamos con alguno de ellos.
Ella comenta qué aspectos se han de valorar por el escritor al realizar el
libro para niños, y transmite valores sociales y éticos aunque no es su
finalidad.
Antes de que apareciera como primera precursora Mercedes
Gómez, había vicios y virtudes, y ella lo transformó en actitudes positivas y
actitudes negativas. Hace ver las actitudes positivas como algo que va a
ayudar a los niños, y las negativas como algo que nos va a retraer y perjudicar en nuestra
vida real.
Todo esto tiene como finalidad
como he comentado antes el divertimento, entretenimiento, y la felicidad de un
niño al tener un libro en sus manos.
Ahora y tras comentar todo esto,
explicaré cómo se trabaja todo esto en mi aula de prácticas.
En primer lugar mencionar que en
mi centro de prácticas se trabaja mucho la lectura, aunque el tiempo que se le
dedica está un poco limitado y presionado por los contenidos obligatorios que
tienen que impartir.
Cuentan con un libro de texto que
trabaja la prosa mediante textos literarios, que se llama “Lectogroup”. Cada
semana se trabaja un día uno de esos textos. Primero se leen tres veces en voz
baja y de manera independiente, luego, se lee en voz alta, uno lee y los demás
escuchan. Tras esta lectura detallada, se hace un libroforum sobre el texto, que
suele tener una extensión de dos o tres caras. Y tras esto, y por último, se
hace los ejercicios que el libro pone acerca de la lectura, pero se hacen en común,
de forma oral, compartiendo opiniones entre ellos.
Eso es lo que se trabaja
principalmente respecto a la prosa, respecto a la poesía debo decir que a penas
la hemos trabajado en el aula, únicamente las que ellos ponen en el libro
viajero, que se trabaja un día a la semana. Ese día se ponen en común las obras
que han creado los niños, cuenta lo que han hecho y el por qué. Eso es lo único
que de momento he visto sobre poesía.
Y por último, y haciendo alusión
al teatro decir que se trabaja muchísimo, ya que como comenté antes somos la clase
de los “titiriteros” y eso nos da muchísimo juego. Los viernes, a última hora
de la tarde, los niños hacen una representación con las marionetas que ellos
han ido creando, o también puede crear obras donde ellos mismos son los protagonistas. La verdad es que
salen obras realmente interesantes, divertidas… les encanta y eso se ve a
primera vista, porque salen de la dinámica y juegan y además, y aunque no sea
la finalidad, aprenden.
No puedo dejar de mencionar que
los lunes, a última hora está la hora de lectura, donde ellos eligen el libro
que leen. Pueden cogerlo de la biblioteca de aula, que está bastante repleta, ya que tiene muchos libros y muy distintos, abordando todos los temas que les gustan,
o también pueden traerlo de casa. La finalidad de este día es que se diviertan
leyendo, que adquieran un habito de lectura, que cojan fluidez y que disfruten,
por ello tienen varias opciones.
Y algo que me parece realmente
bueno, TODOS LOS DÍAS, al comenzar la hora de lengua uno de los alumnos cuenta
un cuento, inventado por él o que se haya leído y que le haya gustado. Así
pierden timidez, son capaces de expresarse y transmiten felicidad al contarlo.
Es verdad, que el tiempo que se
le dedica a la literatura quizás es algo breve, pero creo que se trabaja
bastante comparado con otros centros, y con el tiempo que tienen físicamente.
Hacen muchas actividades, innovadoras y centradas en el disfrute de los niños.
Me gusta mucho la dinámica de mi colegio, y comparada con lo que a mí se me inculcó
es evidente que no tienen nada que ver. Me identifico mucho con lo que en mi
colegio trabajan y la verdad que me gustaría conseguir lo que yo veo en mis
alumnos, ilusión y empatización con sus libros. De verdad, que es maravilloso.
Por último, y finalizando con
esta entrada, una pequeña reflexión.
Con los libros somos capaces de
reír y de llorar. Los libros marcan nuestra vida dependiendo del momento en el
que decidamos leerlos, porque somos capaces de impregnarnos en palabras, de
trasladarnos y vivir lo que en el libro se cuenta. Las películas nos muestran
todo, tal y como es, con personajes y caras, lo bonito de los libros es
imaginar en nuestro mundo aquello que no se nos dice, completarlos y sentirlos.
“He visto niños que
han crecido en libertad en cercanía con libros y por ellos. Esos niños distan
de ser ratones de biblioteca, aunque las frecuentaban. Aprendieron a ir de los libros a la vida fuera de ellos y
de la vida a los libros. Así, encontraron libros que les parecieron mentirosos
y otros que los hicieron descubrir en ellos mismos y en los otros cosas que de
no haber sido por la lectura nunca habrían descubierto. Son niños que están
formados no sólo como lectores sino como habitantes del mundo. En el ejercicio
de seleccionar y evaluar sus lecturas han aprendido a seleccionar y valorar
experiencias, personas u objetos. A establecer criterios y a discutir sobre
ellos”
DANIEL GOLDIN
Una preciosidad de reflexión. Perfecto :)
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