domingo, 9 de diciembre de 2012

Esos locos que enseñan.


Brindo por esos profesores que me transmitieron y siguen transmitiendo ganas, fuerza e ilusión por la educación. Brindo por sentir vocación y amor hacia lo que quiero ser. Quiero enseñar, y quiero aprender de aquellos niños que van a aprender junto a mi. 

Habitualmente, y por desgracia, los maestros recibimos críticas de todas partes, y muchas de ellas son ciertas. No estudio una carrera difícil, estudio una carrera preciosa si es lo que te gusta, porque como no sea así, os aseguro que puede ser una tortura hacer tantos trabajos como hacemos. Aquellos que acaban en magisterio porque no saben qué hacer son los que tachan al resto. Y, lo siento, yo no estoy dentro de ellos.

Gracias a los profesores nacen grandes ingenieros. No olvidemos la labor tan importante y tan humana que vamos a realizar. Ahora, durante las prácticas, yo me he dado cuenta del agotamiento físico y mental que supone la docencia, pero también he podido vivir la gratificación personal y la felicidad que puedan hacerte sentir unas pequeñas criaturas. Estoy viendo lo malo y lo bueno, y os aseguro que mi vocación se ha reafirmado mucho más. Los niños me demuestra que la inocencia sigue existiendo, la bondad y la humildad queda reflejada en ellos.

A día de hoy, doy y daré todo por y para mis niños. No nos olvidemos de lo bonito que es ver crecer a unos niños y poder observar parte de su recorrido, es mágico formar parte de su vida. ME ENCANTA MI CARRERA, MI FUTURA PROFESIÓN Y ME ENCANTA SABER LO QUE PUEDO LLEGAR A SER.

BRINDO POR ESOS LOCOS QUE ME HAN ENSEÑADO Y QUE ME ENSEÑAN. BRINDO PORQUE ALGÚN DÍA YO PUEDA ENSEÑAR. 


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