Ayer pusimos fin a la época más bonita del año, según mi punto de vista como he dicho un millón de veces. Ya ha pasado nochebuena, ha llegado Papá Noel trayendo consigo un precioso día familiar gracias a la comida de Navidad. Poco después llegó Nochevieja, y también pasó, después de una grandísima fiesta. Fue entonces cuando llegó el momento de celebrar Año Nuevo y disfrutarlo nuevamente en familia. A estos días, les sucedieron muchos otros llenos de compras navideñas e ilusiones por conseguir. Fueron pasando los días y la magia fue llegando a nuestra puerta. Se acercaban los Reyes Magos e iban a traer consigo sonrisas y buenos momentos. En mi casa, a día de hoy, se sigue celebrando muchísimo el día de Reyes. Esa noche a penas se duerme, pues aún tenemos un travieso revoloteando por casa que se pone nerviosito perdido pensando que los Reyes no van a llegar. ¡Ay, querida inocencia por qué te fuiste! En cuanto el pequeño abre el ojo, nunca más tarde de las 8, ¡TODOS ARRIBA!, es hora de abrir los regalos y disfrutarlos juntos. Todo parece muy materialista, pero para nada. Evidentemente, los regalos molan y a mi me encantan todos y cada uno de los que me han traído, pero lo que más me gusta son los momentos familiares que este día, y estas fechas generan. Respirar felicidad e ilusiones, amor y cariño...
Hoy, he decidido escribir porque me siento muy orgullosa de uno de los regalos que este año los Reyes Magos me han traído. En mi casa, cada regalo va acompañado de una nota escrita por ellos mismos. Y además, el favorito de cada uno, en mi caso Baltasar, nos escribe una carta personalizada. Da igual los regalos que me hayan hecho, da exactamente igual, porque la carta ha sido la más bonita de todos.
Aquí os la expongo porque me apetece compartir esto con vosotros, porque me apetece que todo el mundo sepa que es real, que quiero ser maestra.
Querida Cristina:
Deseamos que disfrutes de todos y cada uno de los regalos que te hemos hecho, entre ellos los exquisitos cupcakes, pero recuerda no comerlos todos a la vez, no vaya a ser que te de un empacho por golosa.
Estos regalos, sin duda, son pequeños comparados con el regalo que has recibido este año: demostrar tu vocación como maestra y saber disfrutar de la enseñanza como nadie. Sin duda, es la mejor de las señales que demuestran que no está todo perdido en la educación, aunque ciertas personas cada vez pongan más y más difícil el desempeño de esta humilde y poco valorada profesión.
Si todos los maestros que hay en España, y en el mundo entero, tuvieran tan sólo una pizquita de tu esencia, no habría tanto fracaso escolar, y todos los alumnos irían con más alegría y entusiasmo a sus centros.
Yo, Baltasar, deseo que sigas así, que sigas luchando por tus sueños y nunca te olvides de ser tu misma, porque es lo que te hace especial, es así como te haces querer.
Muchos abrazos y millones de besos, tus amigos MELCHOR, GASPAR, Y BALTASAR. (Sus majestades los Reyes Magos).
Es maravilloso recibir cartas así, y ver que alguien valora lo que hago, yo y todos los que disfrutamos de este mundo tan maravilloso como lo es la EDUCACIÓN. Soy consciente del orgullo de mi familia, y eso me enorgullece enormemente a mí. Este es el regalo más grande que he recibido y que probablemente recibiré jamás, en él está el reconocimiento de lo que soy y quiero ser, y el apoyo absoluto de mi familia.
GRACIAS REYES, GRACIAS!
¡¡¡Pero qué preciosidad!!!! :)
ResponderEliminarNo sabes cuánto me alegro, guapa. Te lo anoto.